22 de enero de 2010

Herederos.

A veces, solo a veces, la brevedad tambien es una virtud en literatura. Sigo pues con los microrrelatos.


Herederos.

A pesar de sus reticencias obedeció las premisas y bombeo otra linea de estimulantes. El maltrecho corazón reanudo su cansada tarea. La calma duró poco. Dudo, una chispa surgida de algún oscuro rincón luchó, golpeó y prevaleció sobre una mente repleta de imagenes, datos y etiquetas. No hizo nada por alargar la agonía, solo observo. Aquel cuerpo roto, anciano y deforme moría entre breves temblores. La raza humana se sumia en la noche, extinta con su ultimo vástago.

Debía informar, aun confuso transmitió la noticia. Millones de sintéticos por todo el planeta, incluso mas allá, miraron a su alrededor con ojos nuevos. Desde el gran planificador hasta el humilde minero, todos lo sabían, estaban solos. Sus creadores no volverían. Dieron gracias por la herencia recibida y volvieron a sus tareas. Tenían todo un mundo ante ellos.

2 comentarios:

alcorze dijo...

Interesante relato. Ese tema de los sintéticos me ha gustado.

francis cuevas dijo...

Me alque te gustase.

Saludos.