29 de noviembre de 2009

Ruta suicida.

Vuelvo con mis clasicos particulares.

Ruta suicida (1977) es el nombre que recibió en España “The gauntlet”, literalmente “El desafío“. El titulo parece aludir al pasillo de hachas al cual algunas tribus indias norteamericanas sometían a sus prisioneros, llegar al final con la cabeza erguida era un signo de valor. Desde luego un titulo muy apropiado.



La sexta película como director de Clint Eastwood, forma parte del largo camino de aprendizaje que le llevaría a darnos magnificas obras de arte. Barbara Streisand iba a protagonizarla, por el bien del cine eso nunca paso. En su lugar tenemos a Sondra Locke, realizo una buena interpretación y la química con Eastwood, entonces su pareja, da muy buen resultado. Siempre me gusto mucho esta mujer a pesar de su “rubiedad“, posee una belleza muy particular.


El argumento es sencillo, un policía borracho y pasota recibe el encargo de escoltar a una prisionera, una prostituta que debe declarar en un juicio contra un mafioso. Un encargo teóricamente fácil, pero alguien muy poderoso no quiere que llegue. ¿Os suena el argumento? Bruce Willis protagonizo “16 calles“, un remake no declarado; Jim Carrey perpetro “Yo, yo mismo e Irene”.
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Una mezcla entre road movie y western. Ruta suicida puede parecer sencilla, pero no lo es. Podemos pensar que el personaje de Ben Shockley (Clint Eastwood) es una copia de harry el sucio, pero no es así; Shockley es al comienzo un alcohólico sin carácter al que mandan a morir porque nadie lo echara de menos. Podemos pensar que es una película machista con diálogos que harían vomitar a Bibiana Aido, pero no es así (bueno lo de la ministra vomitando si); La prostituta resulta mas inteligente que el policía y es tan responsable como su protector de la supervivencia común. Podemos pensar que hay demasiada violencia gratuita, pero no es así; La demolición de una solitaria casa a tiros mientras la indefensa pareja se refugia dentro; Los sicarios sin rostro enviados por un mal también sin rostro aun. Cada escena aporta algo a la historia.
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Eastwood consigue unos personajes nada planos, destroza tópicos. Mediante los diálogos y los pequeños detalles va dando forma a una relación que pasa de la aspereza al amor, resultando creíble. Además de dar bastante caña a las altas esferas policiales y políticas, presentándolas como totalmente corruptas.
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Personalmente me quedo con dos escenas: Una la pelea contra los ángeles les infierno en el vagón de carga del tren, nos mete la cámara en el centro de la lucha. Y otra la escena final donde Shockley blinda un autobús escolar (como lo veremos copiado años después en el equipo A), y se enfrenta a un interminable doble pasillo policial descargando plomo suficiente para hacer retroceder a una compañía de gurkas nepalís borrachos. 8000 impactos de bala se comenta que recibió el autobús en esa escena.



Buen cine de acción adelantado a su tiempo.

27 de noviembre de 2009

Voluntad.

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Un poemilla que escribí hace ya algún tiempo.
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Mi valor es una perla roja,
una roja perla incandescente.
Sitiada por la monotoní­a,
por mil orlas de sudor blanco.
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Eres el invierno gélido,
el reino inconsciente.
Poseedora del sutil centro,
opaca figura dañina.
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Negros surtidores de deseo,
bombean litros de pasión.
Remontan, saturan las venas
y arrebatan el cerebro.
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Ollar, asir, tener tu carne
y destilar tu espí­ritu.
Seguir tu frí­a senda inerte,
explorar terrenos dudosos.

23 de noviembre de 2009

Catáfilos: Pasion por las catacumbas.

Continuemos allí donde lo dejamos.




Con un tema que (serán cosas mías) me ha parecido un poco paralelo a esto del mundillo de los blogs.

El ocho de septiembre de este mismo año un grupo de la policía del subsuelo francés se topó con un pasillo bloqueado por lonas, vallas y señales de prohibido el paso. Al avanzar encontraron un circuito cerrado de televisión con un detector de movimiento que ponía en marcha una grabación de ladridos de perro. Estas medidas de seguridad protegían una caverna de cuatrocientos metros cuadrados y forma de anfiteatro, una sala de proyección, pantallas de cine y un bar restaurante con: mesas, sillas, una cocina bien equipada y líneas de luz y teléfono operativas.
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En un primer momento pensaron, por algunas pintadas, que se trataba de una sociedad esotérica. Resulto ser una sala de cine y conciertos, de un grupo cultural alternativo: La mexicaine de la perforation, que reinvidicó la construcción y dejó un mensaje, tras cortar la luz para que no se les pudiese imputar por robo de electricidad: No nos busquéis.

Al parecer llevaban dos meses usando el lugar como centro de actos.




Esto es solo el ultimo ejemplo de un movimiento que hace tiempo se fragua en, o mejor dicho, bajo Paris. Los llamados catafilos, que reclaman la puesta en uso del “inframundo” abandonado, y que no solo se mueven por las catacumbas o las canteras, también frecuentan las numerosas infraestructuras conectadas entre si.



Ya en 1955 se prohibe bajar a las catacumbas de Paris. En los ochenta el entonces alcalde de la ciudad, Jacques Chirac, ordenó el sellado con hormigón de todas las entradas conocidas, desde entonces un grupo de especial de la policía patrulla el lugar. Cualquiera que sea sorprendido en esos menesteres es condenado a una multa de sesenta euros mas las costas del proceso, de poco sirve tan prosaica amenaza.




Pero siguen existiendo muchos accesos, unos antiguos, otros abiertos por los propios catafilos que los marcan con su apodo subterráneo. Y aquellos que los usan pueden clasificarse en diversos perfiles humanos.

Están los bohemios, también los turistas ocasionales que pagan a otros para que les hagan de guía, los buscadores esotéricos, los exploradores que se adentran en el laberinto con mapas garabateados por ellos mismos y los inconformistas que buscan una vida paralela. Los hay incluso famosos, como cierto individuo que solía frecuentarlos vestido de oficial de las SS nazis.



Incluso los amantes de la espeleología urbana, que se atreven con los niveles inferiores desafiando los derrumbes y la oscuridad, tienen aquí su sitio.
Y es que al ser humano le encanta lo prohibido, lo tabú. Un lugar que combina morbo peligro, mística, historia y muerte; donde pueden encontrarse vestigios romanos junto a los restos de las misas negras de Carlos X y tras dos pasos la obra de algún artista underground, no podía pasar desapercibido. Para que negarlo, hay ademas tiene cierto aire de nueva ultima frontera en un tiempo en el que todo lo que la mayoría tenemos a nuestro alcance parece explorado, conocido, domesticado, rutinario.



Como dijo Víctor Hugo:”La cloaca es la conciencia de la ciudad”

Y un dato curioso: El nombre catafilo no parece provenir de cata-filo (amigo de las catacumbas), sino de la leyenda del judío errante. Llamado Catafilo por un antiguo obispo Parisino.

19 de noviembre de 2009

Paris: La ciudad oculta.

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Son muchas las ciudades que atesoran mitos y enigmas en su subsuelo. Roma esconde mas pasado que ninguna otra, Nueva York alimenta mil leyendas urbanas. Aquí en España, sin ir mas lejos, Madrid presume de un tesoro perdido, Barcelona de una misteriosa patricia romana y Toledo de tener en alguna parte de sus viejas entrañas la codiciada mesa de Salomón.

Pero sin duda son los bajos de Paris los mas inquietantes. Un laberinto oscuro bajo la ciudad de la luz. Pasadizos, canteras, laboratorios subterráneos, restos arqueológicos, criptas, estaciones de metro, lugares de culto para extrañas tribus urbanas, cultivos de champiñones… todo un mundo anárquico y desconocido para la mayoría de los confiados paseantes que pueblan sus bulevares y cafés.




Un intrincado sistema de niveles interconectados: Justo debajo de la superficie el sistema de túneles de servicio, luz y gas; bajo esto las líneas de alcantarillado, metro y tren; finalmente a mas de veinte metros arranca una antigua red de caóticos túneles mineros, que un día tuvieron mas de seiscientos kilómetros.


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Todo comenzó con la ocupación romana. La piedra caliza era un material muy apreciado, los constructores la extraían bajo las colinas y valles por donde después se extendería la ciudad, asi de levantaban villas, iglesias, catedrales y palacios. Asi el siglo XVIII, cuando la tierra bajo la urbe era ya un queso de gruyer y proliferaban los hundimientos. Un peligro que continua hoy, en fecha tan reciente como el 1 de julio de 1961 un derrumbe hizo desaparecer seis calles.



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En 1777 el recién fundado departamento de inspección de minas las paraliza y traza un ambicioso plan de cimentación de las galerías. Nadie sabe cuantos kilómetros fueron reforzados y mapeados, todos estos documentos se perdieron cien años después, quemados durante las revueltas de La Comuna. Solo quedan algunas inscripciones que hacen las veces de placas de calles.

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Este submundo ha conocido luchas revolucionarias, experimentos secretos de los prohombres de la ciencia francesa (profanación de cadáveres, privación sensorial,…), juegos del ratón y el gato entre los nazis y la resistencia. Una vida que continua hoy.




Pero lo mas singular de este lugar sin duda son las catacumbas, las antiguas minas trasformadas en el mayor osario del mundo. Los restos de mas de seis millones de personas descansan aquí, aportando su granito de arena a sostener la metrópoli. A partir de 1785 el crecimiento demográfico y la insalubridad obligo a vaciar los viejos cementerios intramuros, a veces grandes fosas comunes casi a cielo abierto, como el de Los Inocentes. De noche, en carros de caballos y en solemne procesión se tardaron treinta años en trasladar diez siglos de restos.





Una pequeña parte de estos túneles están abiertos al publico. Tras pagar unos módicos siete euros el turista baja una estrecha escalera y traspasa una puerta con la inscripción: ¡Detente! Este es el reino de la muerte.

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Una visita guiada de una hora por salas y pasillos a base de huesos humanos ordenados caprichosamente. Unas en perfecta geometría, otras descuidadamente, a veces formando motivos religiosos.

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Existe otra forma de visitar este reino subterráneo, una que enlaza no con el pasado sino con el presente y que es, quizás, lo mas emocionante de esta historia.




Aunque de eso hablare en la próxima entrada.

9 de noviembre de 2009

Futuros.

Aqui os dejo un microrrelato mio surgido de La fabrica de relatos, el taller literario del foro en el que participo.


La infancia de la tierra había terminado, los medios de comunicación lo repetían aquellos días.
Estupidos engreídos, la gran madre permaneció ajena a los cataclismos humanos.Como un ladrón en la noche, asi hablaba el antiguo libro sagrado, y asi fue la llegada. Amos del espacio y el tiempo, habitantes sin forma definida del éter interestelar, formaban uno solo con su tecnología.
Escrutaron nuestras almas y nos mostraron regalos maravillosos, no eran gratis, lo descubrimos pronto.De un soplido acabaron con el hambre, las enfermedades y las guerras. Ni uno solo de los grandes poderes, alimentados por injusticias y dolor, osó oponerse.
Después hablaron del pasado, de cómo injertaron fragmentos de su propia esencia en nuestra herencia, preparándonos para nuestro futuro, para nuestro destino.
Entonces eligieron a sus heraldos, profetas de la nueva humanidad. Fuimos millones, a cambio de renunciar a parte de nosotros recibimos las ampliaciones biológicas: Una vida sin fin, un cuerpo renovado y una mente trocada en un horno de poder. Pero muchos murieron, incapaces de resistir el proceso, la indiferencia de los visitantes sembró la primera semilla de desconfianza.
Servidumbre y gloria, esa fue su oferta. Dioses sirviendo a otros dioses, convertidos en sus guerreros, sus primados, sus esclavos; llevaríamos su decadente hegemonía de ancianos hasta los confines de la galaxia.
Algunos acudieron a abrazar la nueva fe, otros se negaron, primero en las sombras, finalmente en las plazas publicas.El amanecer del Armagedón, la batalla final por la humanidad, no se libro con armas de metal, sino con las de la palabra y la voluntad.
Las Nuevas Naciones Unidas llamaron a todos, y la gente voto, entre amenazas de desastres y dudas, tras el resultado los lideres del mundo invitaron a los extraños a marchar en paz. No se fueron solos, aquellos consagrados a su causa se les unieron en la partida.
Yo mismo estuve cerca de hacerlo, solo el miedo me lo impidió.El momento de la revelación había llegado, lo llamaron bombas de ADN. Estallaron en la atmósfera, se fueron arrebatándonos lo entregado milenios antes.


Ya estaba bien de escribir. Apartó el pergamino y se puso en pie. El sol calentaba lo suficiente como para volver a sentir la vida apoderándose de su carne.
Desde su posición miro alrededor.Al norte, entre muñones de piedra, la arboleda cubría el antiguo centro de la ciudad. Mas allá del rió los gamos saltaban despreocupados, una partida de caza los vigilaba atenta.Hacia el este los campos de cultivo de extendían como uno de esos puzzles de la edad dorada, conformados por piezas de diversas formas y colores.El sur y el oeste se movían ajetreados, chozas, pequeños talleres artesanales, secaderos de carne sobre la vieja autopista.
Si en algún momento de su larga existencia se sintió feliz, fue en aquel instante tan cercano a su muerte. Durante siglos, él y sus iguales, habían guiado a los hombres a través de la inevitable transición. El retorno de los desposeídos a sus orígenes, a la matriz de la raza, esta vez el camino hacia la historia seria mucho mas lento.
La tarea estaba cumplida y el ultimo de los titanes, asi lo llamaba su pueblo, pensó que era hora de descansar.

3 de noviembre de 2009

Vidas singulares: La reina de los impostores.

La mentira es una gran tela de araña, nos obliga a crear andamiajes en forma de otras mentiras para mantener el engaño, a ir cada vez mas allá para no ser descubiertos. De esto sabe mucho la protagonista de este curioso caso: Giuditta Russo, una italiana de 39 años y natural de Pompeya.

Giuditta, hija de un obrero metalúrgico jubilado y de una ama de casa, trabajaba como secretaria en un conocido bufete de abogados, pero la ilusión de sus padres era que su hija cursase la carrera de derecho. Asi que en 1990 les hizo creer que se había matriculado en la facultad, que podía compatibilizar ambas cosas, extendiendo además el engaño a todo su circulo social.





Año tras año no solo mantuvo la impostura, sino que fue consiguiendo imaginarias buenas notas y superando inexistentes exámenes (eso les decía a todos, claro), incluso memorizó numerosos textos legales para poder mantener la falsa. Hasta que en 1995 llego el momento de terminar los estudios y se invento una tesis doctoral sobre asociaciones criminales, matricula de honor por supuesto.

Con tan buenos resultados poco a poco fue adquiriendo responsabilidades en su bufete. Ya había traspasado el punto de no retorno y no podía volverse atrás, de modo que cuando llego el momento falsificó lo necesario para presentarse a juicio. Nadie se molestó en comprobar los datos de aquella joven y brillante abogada cuyo nombre ya sonaba en los circulos judiciales, y… lo gano.

Fue el comienzo de una carrera meteórica, los años “fingiendo” estudiar le habían servido para acumular grandes conocimientos judiciales. Mas de doscientos cincuenta casos ganados, ninguno perdido, socia de dos importantes firmas de abogados, incluso hizo sus pinitos como corresponsal de una agencia de noticias.

Finalmente en 2006, diez años después de comenzar a ejercer, se presento en un juzgado penal y se autodenunció por intrusismo laboral ante un juez que le había dado la razón en varios pleitos. Aseguro que no podía vivir con el miedo a ser descubierta. La verdad es que sus razones, al menos en parte, fueron un poco mas mundanas, su castillo de naipes se derrumbaba. Debía 600.000 euros, consecuencia de unas inversiones arriesgadas que salieron mal, y se le venia encima un proceso por deudas en el cual seguramente se descubriría la verdad.

Lo perdió todo, su trabajo, su matrimonio (su marido tampoco estaba al tanto), sus antiguos clientes la acribillaron a demandas. La maquinaria judicial italiana, enfurecida por el ridículo, clamó venganza. El 23 de Noviembre de 2007 fue condenada a cinco años por catorce cargos diferentes. Con su libro: “Confesiones de una abogada sin titulo” recuperó algo de dinero, pero aun le reclaman un millón de euros.

En estos momentos estudia derecho en la cárcel para poder ejercer con todas las de la Ley. Probablemente no sepamos nunca nada mas sobre esta mujer, nacida de improviso una calurosa noche de 1970, en un cine de verano.

1 de noviembre de 2009

Recicladores.

Aqui os dejo otro microrrelato.



I

A pesar de sus doce años Thalor ya era un recolector avezado. Podía seguir una tubería secundaria durante kilómetros, discernir los sonidos previos a que una sección se inundase de gas, elegir la gotera correcta para beber ó acechar a una rata en la oscuridad. Eran nómadas, su tribu recorría el entramado, siempre por debajo del décimo nivel. No se les permitía ir mas allá. Cribaban los menguantes desechos que llegaban de arriba y los trocaban por suministros. Simas de desagüe, claros, intercepciones, a lo largo de generaciones los suyos habían marcado su mundo y donde la memoria no alcanzaba un signo grabado en el metal señalaba un punto de recogida, un canal aprovechable o un ramal sin salida. Una vida dura, pero sabían que cada ser, hasta los gusanos de la putrefacción, tiene un sitio y un destino en la obra del gran arquitecto.

Por eso cuando recibieron la visita de los técnicos, habitantes del vedado mundo superior y únicos conocedores de los designios, reclamando una valiosa pieza perdida en las profundidades Armeso, su líder, consulto algunos ajados mapas. Busco indicaciones, caminos para bajar allí donde las leyendas solo hablaban de monstruos y bestias asesinas. Frunció el ceño y envió una docena de jóvenes en pos de la magra recompensa.

Thalor viajaba rápido, su primo Metil lo seguía arrastrando la pierna tullida. Descendieron durante días. La caza, escasa perse, menguo hasta casi desaparecer. Al agotarse sus reservas de carne seca alcanzaron el fondo.

Desperdicios de todo tipo caían desde los maltrechos tubos, formando un rico humus, hogar de miríadas de insectos. El terreno irregular complicaba la marcha, el aire viciado quemaba sus pulmones. Aunque pronto encontraron lo que buscaban. En el centro de una laguna, enredado entre tallos de plantas acuáticas: Un cilindro transparente, tallado en múltiples facetas.


II

El rostro de Kuri, el sanador, lo recibió al despertar. Trato de incorporarse y descubrió que le faltaba la mano derecha. Entonces recordó.

Volvían a la orilla. El agua, oscura como una maldición, los cubría hasta el pecho. La enorme criatura ataco por atrás. Su primo no llego a gritar, vio su cara de terror mientras aquel ser de escamas rígidas, ojos ambarinos y fabulosa boca de pesadilla lo arrastraba al fondo. Un segundo engendro trato de cazarlo, solo logro llevarse su mano de un mordisco. Asi terminaban sus recuerdos.

Kuri levanto el cilindro y dijo:

-Has conseguido un gran premio para tu pueblo.- Sonrió, le puso la mano en el hombro y sentencio- A ti te corresponderá entregarlo.


III

Su abuelo perdió la mitad del patrimonio familiar entre mesas de juego y camas de, voluptuosas y caras, bailarinas. Su padre, pusilánime y apocado, contemplo sin mover un dedo la lenta decadencia y ruina de sus heredades. Él, décimo Señor de la Ampliación Este, traiciono sus principios. Se caso con la hija de un acaudalado comerciante sin genealogía, ávido de nietos con apellidos ilustres. La dote le permití reconstruir sus posesiones, repartir sobornos y organizar recepciones lo suficientemente lujosas como para obtener un cargo secundario: Jefe de subsuelo del distrito central. Quizás otro hombre se hubiese conformado, pero su ambición no conocía limites.

Meditaba satisfecho sobre su pequeño triunfo, mientras su transporte volaba a través de los interminables arrabales, hacia el palacio ducal.


IV

El duque Mirkalos perdió pronto su juventud entre conspiraciones y revueltas. Su porte se marchito y su cabeza encano. Había soñado con ser un gobernante equilibrado y justo, en lugar de eso las ejecuciones se sucedieron durante todo su gobierno.

Pero ese día se sentía feliz. Entro en las habitaciones de su primogénito, solo el niño y un inmóvil anciano de barbas venerables se encontraban allí. Presiono la nuca del viejo, un pequeño soporte se activo y un cilindro transparente de múltiples facetas le encajo a la perfección, perdiéndose dentro de la cabeza.

-Zenón ha sido el tutor de tus antepasados durante generaciones. Si vuelves a tirar su unidad de raciocinio por los conductos de reciclaje haré que te acuerdes toda tu vida del castigo.- Advirtió a su hijo.